Terceros molares: los vestigios del pasado que aún pueden darnos problemas
- eudent

- 21 oct
- 4 Min. de lectura
En el fascinante viaje de la evolución humana, nuestro cuerpo ha ido adaptándose a nuevas formas de vida,
alimentación y hábitos. Dentro de estos cambios, uno de los ejemplos más claros lo encontramos en los terceros molares, también conocidos como “muelas del juicio”. Estas piezas dentales, que alguna vez tuvieron una función importante en la masticación de alimentos duros y fibrosos, hoy se consideran vestigiales, es decir, estructuras que han perdido su función original a lo largo del tiempo.
¿Por qué tenemos terceros molares si ya no los necesitamos?

Nuestros antepasados necesitaban una dentadura más robusta y con mayor número de piezas para poder triturar raíces, hojas, semillas y carnes crudas. Con la evolución, los cambios en la dieta —más blanda, cocida y procesada— y en la forma del cráneo redujeron el tamaño de la mandíbula. Como consecuencia, el espacio disponible para los terceros molares se ha vuelto cada vez menor, y en muchas personas incluso dejan de aparecer por completo.
Hoy, estas muelas ya no participan activamente en la masticación ni en la formación del bolo alimenticio. Sin embargo, su desarrollo sigue ocurriendo en buena parte de la población, lo que puede generar una serie de complicaciones si no hay suficiente espacio para que erupcionen adecuadamente.
Terceros molares retenidos e impactados

Cuando no encuentran espacio suficiente, los terceros molares pueden quedar retenidos (sin poder salir completamente) o impactados (atrapados dentro del hueso o encajados contra otras piezas).
Estas posiciones anómalas pueden ocasionar diferentes problemas, entre ellos:
Daño o reabsorción de piezas vecinas, especialmente del segundo molar.
Inflamación de los tejidos blandos circundantes (pericoronaritis), que se manifiesta con dolor, enrojecimiento, dificultad para abrir la boca y, en algunos casos, fiebre.
Infecciones locales o quistes, producto de restos alimenticios o bacterias acumuladas en la zona.
Desplazamientos dentarios leves, aunque —contrario al mito popular— no son responsables del apiñamiento anterior de los dientes.
¿Las muelas del juicio enchuecan los dientes?
Una frase muy común en consulta es:
“La muela del juicio me enchuecó todos los dientes.”
Lo cierto es que un tercer molar tendría que ser un verdadero titán para ejercer semejante fuerza. Si bien puede generar presión sobre el segundo molar adyacente, el apiñamiento dental anterior (los dientes “torcidos” de adelante) se debe más bien a la falta de espacio general, a patrones de crecimiento o a alteraciones de la mordida, no a los terceros molares en sí.
Diagnóstico: un hallazgo radiográfico frecuente

En Eudent, detectamos la presencia y posición de los terceros molares con radiografías panorámicas, muchas veces solicitadas por otros motivos, como un estudio de ortodoncia o una revisión general. En estas imágenes podemos observar si existen muelas retenidas, su orientación, la cercanía a estructuras anatómicas importantes (como el nervio dentario inferior) y evaluar la necesidad o no de extraerlas.
“Pero si no me duele, ¿es necesario retirarla ya?”
Es una de las preguntas más frecuentes que recibimos. Nuestra respuesta siempre es la misma: planificar una cirugía con anticipación es más seguro, menos riesgoso y con mejor pronóstico que esperar a que aparezcan los síntomas o una urgencia.
Cuando un tercer molar empieza a doler, a inflamarse o a generar infección, el entorno ya está comprometido, lo que hace el tratamiento más incómodo y la recuperación más lenta. Por eso, una evaluación preventiva es siempre la mejor decisión.
Planificación y seguridad: claves para una buena extracción
En Eudent, cada procedimiento se planifica cuidadosamente. Además de la radiografía panorámica, en muchos casos se solicita un scanner 3D (CBCT) para obtener una visión más precisa de la posición del molar y su relación con los nervios y estructuras óseas.
La cirugía de extracción suele acompañarse de una profilaxis medicamentosa previa y un esquema analgésico y antiinflamatorio posterior, que puede incluir antibióticos según el caso.
Asimismo, insistimos en la importancia del postoperatorio: Seguir al pie de la letra las indicaciones del profesional es fundamental para evitar complicaciones, favorecer la cicatrización y garantizar un buen resultado.
Sedación consciente: menos ansiedad, más tranquilidad
Sabemos que la idea de una cirugía dental puede generar ansiedad o miedo. Por eso, en Eudent ofrecemos la posibilidad de realizar el procedimiento con sedación consciente, una técnica segura que permite al paciente mantenerse relajado y con menor percepción del entorno.
De esta manera, la experiencia se vuelve más cómoda y el tratamiento se realiza con total seguridad bajo la supervisión del equipo especializado.
Mira este caso de un paciente nuestro, que lamentablemente desarrolló sus 4 terceros molares, incluídos e impactados. Su plan de tratamiento incluye sedación con NO2 y afortunadamente para él, uso de seguro complementario de salud. Aquí la simulación y cobertura.

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En conclusión

Los terceros molares son un recordatorio de nuestra historia evolutiva, piezas que el cuerpo ya no necesita pero que, al persistir, pueden provocar problemas si no se controlan. Por eso, nunca se debe subestimar un tercer molar: aunque parezca inofensivo o “no duela”, merece una evaluación profesional.
En Eudent, abordamos cada caso con el cuidado y la planificación que merece, apoyados por tecnología de diagnóstico avanzada y un equipo de cirujanos maxilofaciales especializados.
Si sospechas que tienes muelas del juicio, o si nunca te has hecho una radiografía panorámica, te invitamos a visitarnos. Detectarlas a tiempo puede marcar la diferencia entre una intervención planificada y una urgencia inesperada.
No postergues ni arriesgues tu salud a una situación de urgencia, agenda tu cita hoy mismo
Escrito por Dr. Iván González M.














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