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Un aliado fundamental: El hilo dental.

Actualizado: 29 jul 2020


¿Lo conoces? Seguramente. ¿Lo tienes? Es probable que sí. ¿Lo usas? Esa es fácil: No.

El hilo dental es más importante de lo que uno cree. Tanto como el cepillado, sin embargo sólo 1 de cada 10 lo tiene integrado en su higiene oral.

El hilo o seda, según su forma, a veces cinta inclusive, ya sea con o sin cera, mentolado o sin sabor, da igual. Lo importante es la técnica al usarlo y la constancia en su participación.

No nos sirve invitarlo a nuestra boca únicamente cuando comemos choclo directamente de la coronta, alcachofas o una carne muy fibrosa, este debe ser de uso diario, mínimo una vez al día.

¿Cuál es el rol del hilo? Muchas veces el cepillo no llega a las zonas interproximales (o espacios entre un diente y otro), y esta área es especialmente retentiva, capaz de albergar grandes restos de comida y bacterias. Lo cual deriva muchas veces en lesiones cariosas, comprometiendo en un porcentaje importante a ambas piezas vecinas involucradas, un pésimo 2x1.

Si sumamos todas estas áreas interproximales en la boca, logramos reunir el 33.3% de total de las superficies dentarias, dicho de otro modo, al no usar el hilo, nos estamos saltando un tercio de la higiene bucal total. ¿Increíble no?

Por esta razón el hilo es absolutamente complementario al cepillado, ya que sin él, no somos capaces de limpiar en todos los rincones de la boca, por pasadas que hagamos con el cepillo.

¿Cuál es el momento más oportuno para usar el hilo? Comprendiendo que sólo lo vamos a hacer una sola vez en el día, aunque recomendamos hacerlo cada vez que lavamos nuestros dientes. Mejor que sea en la noche, y es por esto: Durante la noche, el ciclo circadiano que tiene la producción salival baja, siendo que la saliva es un importante “lavador” de la boca. Al verse menos “bañado” y en un ambiente más seco, cualquier resto alimenticio que se haya quedado específicamente entre dientes, va a quedarse ahí más firme, pegado e inmóvil, provocando a la mañana siguiente muy probablemente una respuesta de la encía con inflamación, probable sangrado, en otras palabras; una Gingivitis localizada (o si fue en muchas zonas, generalizada).

Ya sabemos de su importancia y cuando, ahora veamos él cómo.

Un orden lógico es hacerlo luego de nuestra técnica de cepillado, para complementar esos spots de mayor dificultad que no se logra con el cepillo, algunos optan por luego de usar el hilo, volver a dar una pasada del cepillado (no está de más).


El hilo se usa entre contacto y contacto de dientes y molares, siendo un movimientos suave (no rebanando la encía), pasando de a poco el estrecho contacto entre ambos, y apoyándose en la pared interna de cada uno de ellos a lo largo, con el simple objetivo e retirar de ahí lo que sea que se haya retenido a lo largo de las comidas del día (para ver más, chequear los videos en nuestras redes sociales o asistir a una cita dental).

Espero hayan tomado conciencia del rol protagónico que tiene este actor en nuestra completa higiene bucal, que asuman el compromiso de usarlo y lo mantengan en el tiempo, ya que el único secreto de su éxito es usarlo siempre como es debido y no sucumbir ante la flojera de no hacerlo.

¡Creemos en ustedes!


Por Dr. Paul Schoihet M.


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